Muchos sistemas industriales de compresión de aire están ubicados en el exterior o en instalaciones mínimamente aisladas. Durante la primavera y el otoño, esta ubicación ayuda al sistema de compresión a mantener sus rangos de temperatura de funcionamiento ideales de aproximadamente 40 a 95 ° Fahrenheit.
En el invierno, sin embargo, las temperaturas pueden caer muy por debajo de los 40 grados Fahrenheit y permanecer bajas durante largos períodos de tiempo.