Según el informe EV 2020 de la Agencia Internacional de Energía, el mercado de vehículos eléctricos (EV) crecerá en 36% anualmente, alcanzando los 245 millones de vehículos en todo el mundo en 2030. Se necesita una infraestructura de carga rápida y extrema de CC para respaldar este crecimiento. ¿Y qué es necesario para eso?
La carga rápida se está calentando.
La carga rápida de CC se basa en una potencia superior: más de 350 kW o más en cargadores extremadamente rápidos (XFC). Ese tipo de energía genera un calor significativo. Dado que los convertidores externos y los controles de los equipos de suministro de EV son responsables de gestionar de forma segura y eficaz los niveles de potencia más altos entre el cargador y un EV, requieren una gestión térmica eficaz. Y esto plantea otro desafío. Un DC rápido
cargador necesita conductores más grandes. Junto con una mayor velocidad de carga y un mayor calor, los cables resultantes pueden volverse voluminosos y difíciles de manejar.